(DIARIO ARMENIA) Las raíces del genocidio del pueblo armenio se encuentran en las políticas imperiales. El caso del Imperio Turco, es muy concreto y conocido. Por su parte, la disolución del Imperio Ruso en 1917, con la caída del zarismo, dio lugar al surgimiento de nuevos países, como Finlandia y de las tres repúblicas del Cáucaso, dos de las cuales, Armenia y Georgia, tienen su origen en pueblos cristianos originarios. En 1985, con la Perestroika comenzaron a escucharse diversidad de opiniones, a la vez que principiaba la disolución de la URSS.
En febrero de 1988, los armenios de la entonces Región Autónoma de Nagorno Karabagh (RANK), unieron sus reclamos con la consigna de la reunificación con la madre patria. Fue en el Parlamento del gobierno de la RANK, donde se planteó esa justa demanda. En casi todos los pueblos se presentaron, de acuerdo a las leyes vigentes, las demandas previstas por la Constitución soviética, de realizar los cambios administrativos respectivos. La demanda armenia estaba dirigida al gobierno central, pero la prensa que se distribuía por toda la Unión Soviética tomó partido ignorando primero, y distorsionando después, esta nueva etapa de la Causa Armenia.
Sumgait-mapa ataques1988Se sucedían las manifestaciones, en Karabagh y en Armenia. El reclamo era simple: restituir la administración de Karabagh a la RSS Armenia como centro de la nación. Lamentablemente, en Najicheván, la mayoría de la población -solo quedaban dos mil armenios originarios-, había sufrido una “limpieza étnica” o había sido alejada de su tierra natal. Por tal motivo, en febrero de 1988, a pesar del invierno, en el soviet regional se planteó el tema en sucesivas sesiones por delegados elegidos por los obreros y campesinos, quienes trataron esta cuestión en el orden del día.
Finalmente, el 17 de febrero, el Parlamento regional resolvió por unanimidad redactar un petitorio dirigirse al Kremlin, a Bakú y a Ereván, para que hicieran lugar al reclamo tan fundamentado de los armenios. La primera reacción -careciente de todo fundamento político o doctrinario-, fue la ejecución impulsada por el PC azerí del pogromo de los armenios de Sumgait, los días 26, 27 y 28 de febrero, en una ciudad ubicada al noreste de Bakú. Si bien estaba habitada por pobladores de diversas nacionalidades, se organizó el tristemente célebre pogromo contra los armenios de Sumgait, que fue calificado por muchos, como un verdadero genocidio.
La lucha y la demanda concitó la solidaridad y la condena por el crimen impune aún perdura. La historia es conocida, pero no por eso deja de ser un ejemplo para seguir y comprender la historia contemporánea de Armenia. Gorbachov contestó prometiendo escuchar, y al día siguiente actuaba en otro, frente a los reclamos de los diputados del poder legislativo central -tales como Silva Gabudiguian, Víctor Hampartzumian y S.S. el Catolicós Vazkén I, quienes acompañaban al pueblo-. Desde la Diáspora comenzó un gran movimiento de solidaridad y de esclarecimiento de la opinión pública. Se movilizó el Consejo Nacional Armenio, con al apoyo de la FRA -Tashnagtsutiún, de todo el arco político, institucional y religioso.
Como un testimonio de lo ocurrido en Sumgait, puede leerse en página … un informe recibido en la Organización de Naciones Unidas acerca de lo ocurrido en Sumgait en esa época de la URSS.
Algunos de los responsables fueron juzgados, pero los organizadores y los responsables intelectuales, no. Producida la disolución de la Unión Soviética, la impunidad fue sostenida y extendida por la actitud intolerante y racista de Bakú.
En este nuevo aniversario de Sumgait, condenamos nuevamente los crímenes perpetrados, y sugerimos la lectura atenta del documento mencionado, como una forma más de solidaridad con nuestro reclamo de justicia.
Carlos Luis Hassassian