Fiesta Patronal celebrando la Asunción de la Virgen María
Buenos Aires (Diario Armenia).- La mañana del domingo 16 de agosto de 2015 no se quitará fácilmente de la memoria de quienes participaron de las Fiestas Patronales de la Parroquia Nuestra Señora de Narek celebrando la Asunción de la Virgen María.
La Catedral Armenia Católica se encontraba colmada de numerosos fieles dispuestos a participar de la Santa Misa oficiada por monseñor Vartán Boghossian, Obispo de los Armenios Católicos para América Latina, quien acompañado por los padres Sebastián Gomidás y Genaro Lusararian (de la Parroquia Nuestra Señora del Bzonmar de Montevideo; Uruguay), realizó también la tradicional Bendición de las Uvas.
A la izquierda del moderno templo se encontraban apostadas las banderas de ceremonia de Armenia, Argentina y la Pontificia portadas por integrantes del Conjunto de Danzas Armenias Narek. Como cada domingo el coro parroquial trajo su importante aporte a través de su acostumbrada jerarquía.
Se encontraban presentes el embajador de Armenia Alexán Harutyunyan; Alberto Djeredjian, presidente de la Institución Administrativa de la Iglesia Armenia; Hampartzoum Haladjian, presidente de la Unión General Armenia de Beneficencia; Eduardo Kozanlian integrante del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica; el maestro Jean Almouhian, funcionarios de la Dirección de Culto del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, benefactores y directivos de diversas instituciones armenias.
Inauguración del Monumento a los Mártires
Al término del oficio religioso, el padre Sebastián Gomidás dio lectura a la certificación de los restos óseos hallados en el Desierto de Der el Zor hecha por el Obispo armenio de Qamishlí como pertenecientes a las mártires que tapizaron con su sangre las desérticas arenas.
Dichos despojos fueron trasladados por monseñor Vartán Boghossian y depositados en la cripta que contiene el monumento inaugurado el domingo.
Luego, el obispo Boghossian, flanqueado por los mandatarios religiosos presentes se dirigió al atrio de la Catedral donde fue erigido el Monumento a Los Mártires del Genocidio Armenio. Una vez allí, acompañado por el padre Pablo Hakimian, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de Narek, procedió a la bendición del magnífico monumento realizado por el artista Gaguik Vardanian.
Invitado a hace uso de la palabra, Vardanian reseñó en breves palabras el desarrollo del proyecto que desembocó en la idea definitiva que finalmente se plasmó en una construcción de mármol de diferentes especies y de gran significación para los armenios.
Finalmente y antes de pasar al vino de honor ofrecido a los presentes, monseñor Hakimian se refirió con sentidas palabras a la importancia del monumento dedicado a la memoria del millón y medio de mártires en el Centenario del Genocidio Armenio.
cáliz-con-restosEl padre Pablo dijo con emoción que nadie puede saber con certeza a quienes pertenecen los restos que se conservan a partir de ahora en el monumento, pero que también es ciertamente posible que hayan pertenecido a cualquier integrante familiar de alguno de los descendientes de quienes perdieron la vida en Der el Zor, y que hoy viven en nuestro país.
“Ellos están ahora presentes entre nosotros en este monumento que tendrá siempre su llama votiva encendida”, concluyó Hakimian.
En el salón parroquial se compartió a continuación un vino de honor donde los emocionados presentes departieron amablemente.
El Monumento a las Mártires Armenios
Ubicado a la derecha del atrio de la Catedral Armenia Católica ubicada en la calle Charcas 3528, el estupendo memorial está construido con mármoles de diferentes texturas que le dan al mismo una presencia solemne y de gran significación.
El diseño y construcción del mismo estuvieron a cargo del artista armenio Gaguik Vardanian. De acuerdo a una somera descripción hecha por él mismo, el monumento es representado a partir de una mesa de sacrificios sobre la cual se halla una cripta de cristal conteniendo el cáliz con los restos de las víctimas del genocidio que descansan sobre un lecho de tierra armenia. uego hay un triángulo que se orienta al cielo y sobre él nace la cruz, símbolo de la Santa Trinidad. La imagen se asemeja a dos manos en oración como conteniendo el sufrimiento de nuestra raza.
A cada lateral del triángulo nacen tres formas semicirculares que parecen evocar los sables turcos que intentan cerrar el círculo y poner fin a la historia. Sin embargo, la cruz, que es dominante, surge de una flor de fuego simbolizando la fe. A su vez la cruz descansa sobre otra figura que remeda la espada tradicional armenia que con firmeza y vigor ya no acepta lágrimas.
Sobre la base de la mesa está incorporado el símbolo de la eternidad y a ambos lados de la misma surgen dos escalas que son el emblema de nuestra oración, memoria y crecimiento espiritual. Una llama votiva pende sobre el memorial alumbrando tenuemente el mismo como un signo de la eterna recordación de todos nuestros mártires.
Este monumento, iniciativa de la Parroquia Armenia Católica, fue inaugurado en el contexto del Centenario del Genocidio Armenio y financiado en parte por la Fundación Boghós Arzoumanian, Sergio Akrabian y otros benefactores de la comunidad.