Desde el pasado 12 de diciembre, la República de Artsaj (Nagorno Karabagh) se encuentra completamente bloqueada por Azerbaiyán, tras el cierre deliberado del corredor de Lachin, que constituye su única conexión con el mundo exterior, a través de Armenia. Durante los pasados nueve meses de sitio, la comunidad internacional ha observado pasivamente cómo los habitantes armenios de esta república democrática, que se declaró independiente en 1991, fueron transformados en prisioneros de un campo de concentración a cielo abierto por parte del régimen despótico de Bakú, con el objetivo de quebrar en ellos todo anhelo de libertad.
Incumpliendo el acuerdo tripartito firmado en noviembre de 2020 entre Rusia, Armenia y Azerbaiyán, que establecía un corredor de 5 kilómetros de ancho que conectara Armenia y Artsaj bajo supervisión de fuerzas de paz rusas, Azerbaiyán estableció ilegalmente un puesto de control que impide el ingreso y salida de personas, alimentos y artículos de primera necesidad, incluyendo pacientes en grave estado de salud. Simultáneamente, interrumpió el suministro eléctrico, de gas y telecomunicaciones, con la intención manifiesta de agravar la situación humanitaria y ejecutar una limpieza étnica.
Mientras la ayuda humanitaria se acumula en Armenia a la espera de la apertura del corredor, hoy la República de Artsaj, producto del bloqueo, es un territorio sitiado en el que 120.000 personas, entre ellos más de 30.000 niñas y niños, luchan por vencer al hambre y las enfermedades, en un siniestro recordatorio del Genocidio Armenio de 1915-23, del que las autoridades de Azerbaiyán son entusiastas negacionistas.
La Corte Internacional de Justicia, máximo tribunal de la Organización de Naciones Unidas, emitió el 22 de febrero de 2023 un fallo vinculante, reafirmado el 6 de julio, donde insta a Azerbaiyán a abrir el corredor y permitir el “libre movimiento de personas, vehículos y cargas”. En el mismo sentido se han expresado el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el Secretario General de Naciones Unidas, el presidente del Consejo de Europa y el Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, sin que ello haya conseguido impedir que continúen las muertes por desnutrición, por enfermedades tratables, o por la imposibilidad de acceso a los centros de salud derivada de la falta de combustible. El primer fiscal de la Corte Penal Internacional, Dr. Luis Moreno Ocampo, no duda en calificar como genocidio la situación derivada del bloqueo del corredor de Lachin, en lo términos que establece el Artículo II (c) de la Convención sobre Genocidio: “Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.”
Mientras un nuevo genocidio contra el pueblo armenio tiene lugar en pleno siglo XXI, quienes integramos el Foro Nagorno Karabagh en Uruguay deseamos expresar:
- Nuestra más firme condena y denuncia al genocidio en curso contra los armenios de la República de Artsaj, que es la culminación de décadas de agresiones xenófobas y discursos de odio promovidos por las autoridades de Azerbaiyán y consentidos con indiferencia por la comunidad internacional.
- Nuestro llamado a todos los estados parte de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, y especialmente a Uruguay, a que en cumplimiento del Artículo VIII, recurran de inmediato a “los órganos competentes de las Naciones Unidas a fin de que éstos tomen, conforme a la Carta de las Naciones Unidas, las medidas que juzguen apropiadas para la prevención y la represión de actos de genocidio”.
- Nuestra convocatoria a todos los ciudadanos respetuosos de los Derechos Humanos, a las organizaciones sociales y políticas, académicos, activistas, personalidades de la cultura, a condenar explícitamente la conducta genocida de Azerbaiyán y exigir de quienes tienen en sus manos la posibilidad de evitar nuevas muertes que actúen decidida y urgentemente.
- Nuestra convicción como Foro de que la intención deliberada de Azerbaiyán de destruir físicamente a los armenios de Artsaj debe ser la última y más clara señal de que no es posible seguir ignorando la legítima demanda de reconocimiento internacional de la independencia de la República de Artsaj, expresión del proceso de autodeterminación de su pueblo que tuvo lugar conforme a la legislación internacional.
Por último, en estas trágicas circunstancias, deseamos expresar nuestra solidaridad con el pueblo de Artsaj, víctima del bloqueo genocida, con quienes compartimos su anhelo de paz y libertad. Su resistencia de nueve meses a este nuevo embate y su lucha por la defensa de su patria ancestral deben resonar en la conciencia de la humanidad exigiendo una acción definitiva para la preservación de su existencia.
Foro Nagorno Karabagh en Uruguay
Montevideo, 12 de setiembre de 2023